

Estamos muy acostumbrados a escuchar Holding con cierta connotación negativa, como si el único objetivo de tener una “estructura holding” en el caso de empresas y grupos familiares, fuese la elusión fiscal.
No debe ser así. Crear una estructura holding de forma ordenada y prudente, puede ayudar en muchos casos a generar múltiples ventajas en la operativa de un grupo empresarial, además de las posibles ventajas de carácter fiscal que el ordenamiento ofrece y pudieran resultar de aplicación.
Crecimiento del Negocio
Con frecuencia, un grupo empresarial familiar puede encontrarse con un crecimiento inesperado del negocio, dificultades de financiación, problemas de personal, etc. Posponiendo decisiones de carácter más estratégico para un momento de mayor calma en el negocio.
Pero ese momento no suele llegar, hay que buscarlo. Hay que parar y analizar si el grupo está creciendo de forma desestructurada, y si estamos aprovechando adecuadamente todos nuestros recursos, o estamos asumiendo costes que podríamos evitar.
Empresas medianas/ grandes en manos directamente de socios personas físicas, puede no ser la mejor opción.
Entre otros, nos podemos encontrar con los siguientes inconvenientes o ineficiencias:
- Confusión del patrimonio personal/familiar y empresarial
- Ineficiencias por falta de unidad de decisión, por tomar decisiones descoordinadas en diferentes líneas de negocio.
- Ineficiencias fiscales (elevada tributación en la distribución de dividendos, problemas con la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio, problemas con la tributación de la posible sucesión generacional, operaciones vinculadas, etc)
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Un buen diseño de la estructura del grupo empresarial / familiar, puede eliminar muchos de estos inconvenientes y generar importantes ventajas:
- Simplificación en el cumplimiento de requisitos para la exención en el Impuesto sobre el Patrimonio.
- Diversificación de los riesgos imputables a los distintos negocios y mejor análisis de la rentabilidad.
- Facilidad para acometer nuevas inversiones o negocios.
- Posibilidad de aportar liquidez y/o financiación entre las distintas líneas de negocio minimizando el coste fiscal.
- Protección del patrimonio personal / familiar.
- Optimización fiscal. En el reparto de dividendos, en la transmisión de participaciones, en la sucesión generacional, en la planificación de la obtención de rentas personales, en las operaciones entre empresas del grupo, etc.
Al margen de todo lo anterior, es muy importante tener en cuenta que la obtención de una estructura societaria adecuada no es un proyecto estándar, y requiere analizar las circunstancias, antecedentes y expectativas de futuro de cada situación concreta. Por lo que, antes de lanzarse a restructurar, importante: pónganse en manos de los profesionales adecuados.