

9 test inmediatos que os van a ayudar a asegurar el enfoque adecuado y una correcta y rápida implementación de la mejor estrategia empresarial.
Ahora que se nos hace más difícil pensar a 3 o 5 años vista… ¿Qué es lo último en estrategia? Ante esa pregunta, la respuesta, es más sencilla de lo que parece, el gurú Phil Rosenzweig, Profesor del IMD Suizo, decía:
“Con todos los respetos, creo que la pregunta está mal. Siempre hay tendencias nuevas, y la mayor parte no son muy buenas. En vez de estar continuamente buscando qué es lo último, sería mucho mejor que nos centremos exclusivamente en aquello que sabemos que es verdad, que no falla, y asegurémonos que lo hacemos bien.”
La verdad es que los principios básicos que hacen buena una estrategia, a menudo, se olvidan. Muchas veces, la explicación la encontramos en nuestra búsqueda constante de qué es lo nuevo que ha salido, algo, por otro lado, natural en un campo que siempre ha estado rodeado de nuevas técnicas y metodologías que prometen descubrir el secreto de la ventaja competitiva.
En otros casos, los principios básicos que hacen buena una estrategia empresarial se ven ocultos por torrentes de datos, análisis, documentación, y estadísticas que muchas veces son más distracciones que iluminaciones.
Cuando estamos con nuestros clientes, con cierta asiduidad nos dicen: “¿Como voy a hacer un plan estratégico a 3 años vista si soy incapaz de visualizar la empresa dentro de 6 meses?“. Y no les falta razón, el plan estratégico, tal y como lo hemos concebido hasta la fecha, está muerto.
Hoy el tiempo es crítico, está claro que el largo plazo es importante y tener la visión de a dónde queremos ir es fundamental, pero el corto plazo se ha convertido en algo inmensamente necesario.
Tenemos que conseguir un número mínimo de ventas para sobrevivir, tenemos que conseguir una determinada financiación, una línea, cobrar de unos determinados clientes, y pelear cada venta hasta puntos insospechados. Hay una realidad: hoy tenemos que hacer más con mucho menos, y eso nos dificulta de sobremanera el definir e implementar un plan estratégico.
¿Entonces? ¿Nos olvidamos de hacer el plan estratégico y nos centramos en el día a día? No.
Es simplemente que tenemos que ser mucho más prácticos e ir verdaderamente a la esencia, a lo fundamental del proceso de reflexión estratégica. Tenemos que convertir esas ideas estratégicas en proyectos y decisiones a corto y medio plazo que nos permitan tomar decisiones e implementar el plan desde el día 1, acciones que deben tener efecto inmediato en la compañía.
Debemos ser capaces de pensar con mentalidad de estratega, convertir rápidamente esos pensamientos estratégicos en proyectos y ejecutarlos con las metodologías clásicas de dirección de proyectos que nos permiten asegurar que se cumplen en tiempo, coste y forma.
La pregunta en este punto es: ¿Cómo sé si estoy pensando con mentalidad de estratega? ¿Cómo sé si esa estrategia que tenemos y que ejecutamos a través de una batería de proyectos es la buena?
Una vez tenemos claro que estrategia es una forma de pensar y no una metodología, proponemos una serie de 9 tests o preguntas de inmediata aplicación que, sin lugar a dudas, nos ayudan a los ejecutivos a focalizarnos en aquellos puntos críticos y centrar el foco en lo fundamental.
1. ¿Con nuestra estrategia empresarial vamos a ser capaces de batir al mercado?
2. ¿Está fundamentada en verdaderas ventajas competitivas?
3. ¿Su estrategia tiene claro en qué mercado competir?
4. ¿Se anticipa a las tendencias?
5. ¿Su estrategia está fundamentada en información privilegiada o utiliza los mismos informes que todo el mundo?
6. ¿Su estrategia contempla la incertidumbre?
7. ¿Nuestra estrategia es imparcial o la tenemos contaminada, es decir, simplemente hemos puesto negro sobre blanco lo que pensamos?
8. ¿Estamos verdaderamente convencidos de nuestra estrategia y totalmente volcados en su puesta en marcha?
9. ¿Habéis convertido vuestra estrategia empresarial en un plan de acción y sabéis cómo liderarlo?
Un ejecutivo japonés hace no mucho comentaba: “el pensamiento estratégico es aleatorio, simultáneo al día a día, y extremadamente confuso, no os olvidéis en tener alguien a vuestro lado que ponga sentido común y os ayude en el proceso”.